lunes, 5 de febrero de 2018

Es en el ínfimo que yo veo la exuberancia

Manoel Wenceslau Leite de Barros 

(Cuiabá, Mato Grosso, Brasil, 1916−Campo Grande, Mato Grosso del Sur, id., 2014)​

Poema 10
(De "Livro sobre Nada")

Mosca colgada en la vera de un rebosadero -
Me parece más importante que una joya pendiente.

Los pequeños envoltorios para momias de pajaritos
que lo antiguos egipcios hacían
Me parecen más importantes que el sarcófago de Tutankamon.

El hombre que dejó la vida por sentirse una cloaca -
Me parece más importante que una Central Nuclear.
Es decir, el culo de una hormiga es también muy más
importante que una Central Nuclear.

Las cosas que no tienen dimensiones son muy importantes.
Así que el pájaro tu-you-you es más importante por sus
pronombres que por su tamaño de crecer.

Es en el ínfimo que yo veo la exuberancia.

**
XIV                (recuerdo)

Entré en la Villa do Livramento (Villa de Nossa Senhora
do Livramento —completo) cabestreando una yegua
resabiada.
En el Largo do Tanque, donde existe todavía hoy una Iglesia
Romana, la yegua paró.
Resabiada.
El sacristán apareció (cabestreaba un caballo).
Aquella verga del caballo por detrás en la yegua adentro,
yo vi de cerca.
Mi ojo se crepusculó.
Una araña estornudo personalmente.
Dio para aprender la concepción sin leer el Pentateuco.

XV

Dentro del abandono de mi boca hay una lujuria.

XVI.

Vi un incendio de girasoles en el alma de una babosa.

XVII.

Ahondo un poco el río con mis zapatos
Despierto un sonido de raíces con eso
La altura del sonido es casi azul.


Traducción de Clara Aguilar
Extraídos de la revista  "DESHORA -  Revista de Poesía".  No. 8 Octubre de 2001 (Medellin, Colombia). Y de partidodoritmo.blogspot.com.ar

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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char