miércoles, 15 de noviembre de 2017

Todo eso que perdimos todavía está vivo

Jimena Arnolfi 

(Buenos Aires, Argentina, 1986)

Maleza

Nos avanza el monte,
trae la espesura,
llega hasta la casa,
entrecruza las ramas,
enrosca lo bueno con lo malo.
Si ahora tirás el corazón
por la ventana,
caería sin ser visto,
se perdería rápido
entre árboles y arbustos.
No digas más nada.
Es difícil comulgar
con la naturaleza.
Volver hacia adentro,
arraigarse como el tala.
A veces el paisaje
se resiste a ser habitado.
Hoy trabajamos la tierra
y prendimos fuego la maleza.
Toda la noche miramos la brasa.
**
ADENTRO

Parezco un perro buscando un hueso.
Las palabras están enterradas cerca de la casa:
todo eso que perdimos todavía está vivo.

Cuánta cosa se descompone lentamente
para que exista el presente que es nada,
un relámpago que se agiganta.

Qué no daría por aceptar el cuerpo
que no cuestiona el despertar sin día,
la herida abierta a la altura del corazón.

Apenas acierta la calma del sentido.

De Hay leña. Ediciones Caleta Olivia. Buenos Aires. 2017.

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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char