sábado, 8 de julio de 2017

Lo que se sabe no se puede usar

JOHANN WOLFGANG VON GOETHE 
(Alemania, 1749-1832)


"Todos los días deberíamos oír un poco de música, leer una buena poesía, contemplar un cuadro hermoso y si es posible, decir algunas palabras sensatas."
(Johann Wolfgang von Goethe)


“Atreveos a hacer cosas que otro tan sólo se atrevería a rozar durante muchos años, aprended a tomarles el pulso y, con mirada audaz y fogosa, oprimidles sus estrechas caderas para ver qué bien apretado tienen el corsé.” 

"¡Feliz aquel que todavía tiene esperanza de emerger de este mar de confusión! Lo que se necesita no se sabe, lo que se sabe no se puede usar.” 

“No conseguirás conmover otros corazones si del corazón nada te sale.” 

“Había una rata en la despensa que sólo comía grasa y mantequilla, tenía una panza tan lustrosa como la tuvo el buen Doctor Lutero. Mas la cocinera le puso veneno y la vida se le hizo tan angustiosa como si en el pecho abrigara el amor.” 

FAUSTO
¡Cuánto tarda en disiparse la esperanza en la cabeza de quien se aferra a bagatelas y, escarbando curiosamente en busca de tesoros, se siente feliz si encuentra lombrices! 

MEFISTÓFELES
El sentido de la Medicina es fácil de entender. Ella estudia el mundo grande y el pequeño para, finalmente, dejar que todo vaya como Dios quiera.

MEFISTÓFELES [que, contando una historia, pone estas palabras en boca de un cura al que se le ofrecen unos bienes de dudosa procedencia]
La Iglesia tiene buen estómago, ha devorado países enteros y nunca se ha empachado hasta ahora. Sólo la Iglesia, estimadas señoras, puede digerir bienes injustos.

MEFISTÓFELES
Ésta es la pequeña alma, psique con sus alas, si la priváis de ellas, queda convertida en un mísero gusano.
**
(A Fausto que ha dejado de bailar)
MEFISTÓFELES: ¿Por qué dejas marchar a esa linda muchacha, que tan deliciosamente cantaba para incitarte a bailar?
FAUSTO: ¡Ah! En medio del canto , saltó de su boca un ratoncito colorado.
MEFISTÓFELES: ¡Vaya una razón! Eso no hay que tomarlo a pecho. Ya basta que el ratón no fuera gris. ¿Quién hace caso de ello en la hora propicia del amor?
FAUSTO: Luego vi …
MEFISTÓFELES: ¿Qué?
(…)
FAUSTO: ¡Qué delicia! ¡Qué tormento! No puedo sustraerme a su mirada. ¡Cuán singular es que adorne su hermoso cuello un solo cordoncito rojo no más ancho que el borde de una cuchilla!
MEFISTÓFELES: En efecto. También lo veo yo. Puede así llevar la cabeza bajo el brazo, pues se la cortó Perseo."
(Fausto, Goethe)

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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char