miércoles, 5 de julio de 2017

Devuelve mi corazón a su destino

Pier Paolo Pasolini 

(Bolonia, Italia, 1922-Roma, id., 1975)


Como una brisa ligera 

Tú que te abotonas 
la ropa tras las violetas 
¡vuelto ángel! Devuelve 
mi corazón a su destino. 
Pero es un destino con el claro 
de tus ojos... y tú, de pie,
perdido en la tarde 
que muere sin mí. 
Sí, tendrás una noche 
de aldeanito inocente, 
con mi amor que te besa 
como una brisa ligera. 
¡Oh, yo jovencito!
Yo quería ser mi madre 
que me amaba, pero 
no quería amarme a mí mismo. 
Y entonces fingía ser 
un joven pobre.
No podía convencerme 
de que también en un burgués 
hubiera algo para amar 
aquello que amaba mi madre 
en mí, puro y despreciado. 
Nada ha cambiado: 
me veo todavía pobre 
y joven; y amo sólo a aquellos 
como yo. Los burgueses 
tienen un cuerpo maldito.


Traducción de Delfina Muschietti 

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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char